viernes, 29 de octubre de 2010

Se nos ha ido un hombre bueno

Marcelino Camacho nos ha dejado para siempre. Se nos ha ido, como dice el poeta, un hombre, en el buen sentido de la palabra, bueno.

La muerte de Marcelino supone la desaparición de una de las personas que más han hecho por defender la libertad en nuestro país. No me equivoco si digo que fue (mejor dicho, es) uno de los puntales sobre los que se asentaron las ansias de libertad de millones de españoles y españolas. Su figura estará por siempre ligada al sindicalismo, a las Comisiones Obreras, a la historia de nuestro país y a una frase repetida hasta la saciedad: “ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos domesticarán”.

Contribuyó con su lucha incesante, con su quehacer constante, a que CC.OO. sea hoy un sindicato fuerte, cohesionado y centrado en la defensa de los derechos de trabajadores y trabajadoras. Sin su fundamental aportación, no existiría tal y como lo conocemos en la actualidad.

Ha muerto el dirigente obrero y comunista, el representante más cualificado en esa defensa de derechos laborales y sociales. Él, que dedicó toda su vida a los más débiles, a la búsqueda de una sociedad justa, libre y solidaria. Consiguió algunos de sus empeños, pero, sobre todo, nos guió a quienes en estos años hemos desempeñado tareas de responsabilidad en el ámbito sindicalista.

Los que hemos formado parte de la lista de responsables en CC.OO. padecemos hoy su falta y lamentamos su ausencia. Nos sentimos (me siento) tristes, heridos en nuestro interior, pero orgullosos de haberle tenido como compañero; y vuelvo a hacer alusión al poeta: “compañero del alma, compañero”.

Este humilde post, esta sencilla dedicatoria, no tiene más pretensión que la de homenajear la figura de Marcelino, grande donde los haya, santo y seña de una forma de entender la vida, la libertad y de ayudar a los demás. Querido camarada, inicio aquí mi particular minuto de silencio…

jueves, 21 de octubre de 2010

Una nueva singladura

Hoy, y (he de reconocer) después de muchos intentos, me dispongo a navegar en el mundo de la blogosfera. Bueno, realmente no es así, ya que he sido parte activa del blog de IU Getafe junto a otros compañeros y compañeras. Hoy, por tanto, comienzo mi andadura desde una óptica más personal, aunque siempre desde el punto de vista político de la Organización que represento y coordino, Izquierda Unida  Getafe.

Es muy posible que muchos y muchas, cuando vean que inicio esta interesante y necesaria plataforma de comunicación, lo primero que piensen es en la nula originalidad que supone para un candidato a la Alcaldía de Getafe utilizar todo tipo de soportes que le permitan llevar sus mensajes al mayor número de personas posible.

Pues bien, aun así, estoy dispuesto a asumir las criticas, porque entiendo que este blog puede y debe ser un instrumento útil de comunicación; que permite conocer a la persona que hay detrás del político y, en ocasiones,  desde un punto de vista más personal, mis opiniones y pensamientos sobre cualquier cuestión, declaraciones o ruedas de prensa.
Por eso, todos los comentarios que publique en este blog tendrán mi sello personal y no sólo con una fecha de caducidad que fácilmente podría fijarse en las elecciones de Mayo del 2011, sino que pretendo darle toda la continuidad que el tiempo me permita. Un blog en el que no existirán ni la censura ni la moderación de comentarios que consideréis realizar, no siendo, claro está, que sean insultantes o despectivos hacia cualquier persona, colectivo, organización o institución.

Todo ello desde mis reflexiones personales que, eso si, están absolutamente condicionadas por mi ideología, y que por esto mismo, están comprometidas con el proyecto político de Izquierda Unida. Un proyecto que pretende mejorar las condiciones de vida de la mayoría social de los ciudadanos y ciudadanas de Getafe, especialmente  de los más débiles, que en estos últimos tiempos están siendo duramente castigados por las políticas neoliberales que tanto desde el Gobierno de la Nación, como desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid se están llevando a cabo y que, por desgracia,  están pagando los de siempre, los trabajadores y las trabajadoras.

Aquí me presento y os invito a acompañarme en esta nueva y, espero, gratificante aventura narrativa.