Marcelino Camacho nos ha dejado para siempre. Se nos ha ido, como dice el poeta, un hombre, en el buen sentido de la palabra, bueno.
La muerte de Marcelino supone la desaparición de una de las personas que más han hecho por defender la libertad en nuestro país. No me equivoco si digo que fue (mejor dicho, es) uno de los puntales sobre los que se asentaron las ansias de libertad de millones de españoles y españolas. Su figura estará por siempre ligada al sindicalismo, a las Comisiones Obreras, a la historia de nuestro país y a una frase repetida hasta la saciedad: “ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos domesticarán”.
Contribuyó con su lucha incesante, con su quehacer constante, a que CC.OO. sea hoy un sindicato fuerte, cohesionado y centrado en la defensa de los derechos de trabajadores y trabajadoras. Sin su fundamental aportación, no existiría tal y como lo conocemos en la actualidad.
Ha muerto el dirigente obrero y comunista, el representante más cualificado en esa defensa de derechos laborales y sociales. Él, que dedicó toda su vida a los más débiles, a la búsqueda de una sociedad justa, libre y solidaria. Consiguió algunos de sus empeños, pero, sobre todo, nos guió a quienes en estos años hemos desempeñado tareas de responsabilidad en el ámbito sindicalista.
Los que hemos formado parte de la lista de responsables en CC.OO. padecemos hoy su falta y lamentamos su ausencia. Nos sentimos (me siento) tristes, heridos en nuestro interior, pero orgullosos de haberle tenido como compañero; y vuelvo a hacer alusión al poeta: “compañero del alma, compañero”.
Este humilde post, esta sencilla dedicatoria, no tiene más pretensión que la de homenajear la figura de Marcelino, grande donde los haya, santo y seña de una forma de entender la vida, la libertad y de ayudar a los demás. Querido camarada, inicio aquí mi particular minuto de silencio…
Estimado Javier, cuando las palabras son puras, salen solas y tu Javier las plasmas. Gracias por decir lo que much@s pensamos gracias… HASTA SIEMPRE MARCELINO
ResponderEliminar